Una revisión de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo
Una revisión de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo
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De modo singular, le pedimos por los enfermos y los que sufren, por las víctimas inocentes de la injusticia y la violencia, y por los cristianos perseguidos a causa de su Seguridad.
4º. Les adivinaré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
En su carrera se ha dedicado a la creación de contenidos multimedia y al diseño y dirección de la comunicación en organizaciones y proyectos de impacto social. Le apasiona crear narrativas y experiencias interactivas que construyan una sociedad más humana y sostenible.
Considera los suspiros que provienen del triste corazón de María al ver a su amado Jesús que lo colocaban Internamente de la tumba. Qué pena tremenda sufrió ella cuando vio que se levantaba la piedra que cubriría esa tumba sagrada.
Meditar los siete Dolores de Nuestra Raíz Santísima es una modo de compartir los sufrimientos más hondos de la vida de María en la tierra.
La Doncella de los Dolores representa el sentimiento de dolor de María, a lo extenso de toda una vida, ante el sufrimiento de su hijo, Jesús. Se prostitución de una de las devociones más antiguas cerca de la Origen de Altísimo.
7. "He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna aunque que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y Gozada indestructible."
El teólogo Pablo Cervera nos explica que la Virgen vivió todo dolor humano en intensidad y plenitud incomparables
Los que lloran las propias caídas o los pecados del mundo; los que aceptan las penas como medio de purificación de sus pecados; los que se imponen penitencias para formar su alma en el dolor; los que sufren persecución y dolores por causa del reino de Dios y de su extensión; los que pasan sequedades, tribulaciones con paz; los que gimen por el aprecio de Altísimo y por el paraíso; todos estos son los que derraman lágrimas que, en sentido evangélico, pueden llamarse bienaventuradas y por lo tanto cobrarán divina consolación.
Afligida y desconsolada Señora, yo la criatura más indigna de estar delante de vuestra soberana presencia, os suplico con todo abatimiento, que por vuestros dolores os dignéis ser mi guía, amparo y patrocinio, para que en el examen de este día pueda descubrir a serviros y agradaros, a quien me consagro y sacrifico totalmente con todas mis potencias y sentidos; y cuanto pensare, dijere y obrare, sea en retribución de los dolores que con mis culpas os he ocasionado, y me consigáis perdón de ellas y una buena y reconocida muerte. A más.
Pero es más lamentable que muchos católicos, que la tenemos y aceptamos por madre, igualmente aoraciones nos olvidemos de ella y no le recemos el Santo Rosario ni meditemos en sus dolores.
La Virginal le dijo a Santa Brígida que quienes rezaran recordando su dolor y pena tendrían 7 Gracias especiales: Paz en sus familias, confianza en el actuar de Alá, consuelo en las penas, defensa y protección delante el mal, Triunfadorí como los favores que a Ella pidan y no sean contrarios a la voluntad de Jesús. Finalmente, el perdón de los pecados y la vida eterna a las almas que propaguen su devoción.
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